¡El toro de creta!
¡El toro de creta!
¡El toro de creta!
Inicialmente, es esencial conocer las características de los mejores caballos para competir.
Además de su velocidad, es vital considerar su resistencia y entrenamiento.
Por otro lado, algunos caballos tienen un linaje de campeones, lo que puede influir en su desempeño.
Sin embargo, no solo la genética juega un papel; el entrenamiento adecuado es crucial.
Por supuesto, la elección de un buen jinete también es determinante para el éxito.
Después de seleccionar el caballo ideal, es recomendable invertir en un buen equipo de competencia.
Mientras que algunos prefieren caballos jóvenes, otros buscan experiencia en la pista.
Finalmente, más allá de la competición, es esencial que el caballo y el jinete tengan una buena relación y conexión.
De acuerdo a la mitología griega, el Toro de Creta fue un animal que Poseidón creó de las aguas del mar para entregárselo a Minos, rey de Creta. Este le había pedido al dios que le enviara una señal para que no quedara duda de su derecho a gobernar por encima de sus hermanos. Así que Poseidón le envió este toro con la idea de que lo sacrificara en su nombre, pero Minos lo vio tan imponente, que decidió enviarlo a su rebaño y sacrificar otro toro en su lugar.
creta
El dios del mar se dio cuenta del engaño y le encargó a Afrodita un castigo, que el toro fuera tan hermoso a los ojos de Pasífae, esposa de Minos, que esta se enamorara de él. La mujer comenzó a sentir entonces una inexplicable atracción hacia el animal, y así se lo confesó al inventor más famoso de Creta, Dédalo, padre del famoso Ícaro, quien se la pasaba distrayendo a Minos con marionetas de madera.
Cuando Dédalo supo los deseos de la reina, le construyó una vaca de madera. Esta vaca fue llevada cerca al lugar donde el toro de Creta pastaba, teniendo en su interior a Pasífae. El toro no tardó en darse cuenta de la presencia de la vaca y en correr hacia ella.
Así quedaron resueltos los deseos de Pasífae, y fue a partir de este suceso que nació el Minotauro de Creta, el cual fue encerrado por orden de Minos en un laberinto construido por Dédalo.
Cuando llegó Hércules (Heracles) a Creta, quien tenía el trabajo capturar al toro con sus propias manos. Así que le solicitó permiso a Minos y este accedió. Hércules pudo dominar al Toro de Creta y lo llevó por el mar Egeo hasta Micenas. Aquí, Euristeo quiso ofrecerlo en sacrificio a Hera, pues era un buen animal, sin embargo, esta lo rechazó porque era demasiado feroz. Entonces Euristeo lo dejó libre, con lo cual el toro produjo muchos destrozos por las ciudades en las que pasaba.
Fue así en las poblaciones de Argólide y el istmo de Corinto, hasta que se atravesó en el camino de Teseo. Este héroe ateniense se enfrentó a él en la llanura de Maratón y logró vencerlo con su espada.
Los doce trabajos de Heracles
Heracles, hijo de Zeus y Alcmena, tenía que ser el rey de Argólida (Micenas, Argos, Tirinto y Midea), pues un oráculo había dicho que el próximo hombre que naciera en la casa de Perseo sería el rey del lugar.
Sin embargo, Hera no quiso que esto pasara, así que retrasó tres meses el nacimiento de Hércules y adelantó dos meses el alumbramiento de Euristeo, quien también era parte de la casa de Perseo al ser hijo de Nícipe y Esténelo. Zeus se enojó al saber esto, pero no pudo hacer gran cosa. Así, Heracles creció lejos del trono y tuvo por esposa a Mégara, la hija mayor del rey de Tebas, Creonte.
Con ella tuvo varios hijos, cuya cifra varía de acuerdo a la versión del relato. Pero, en un ataque de ira producido por Hera, Heracles asesinó a su esposa y a su descendencia, aislándose del mundo por el terrible crimen que había cometido.
En este exilio fue descubierto por su hermano Ificles, quien lo convenció de que visitara al oráculo de Delfos. Acepto y fue hasta el oráculo, este le pidió como penitencia por su crimen que debía realizar diez trabajos impuestos por Euristeo, la persona que más odiaba Hércules y le profetizó además que, luego de estos, se volvería inmortal y pasaría a instalarse junto a los dioses.
A pesar del resentimiento, Heracles aceptó su castigo y recibió los trabajos impuestos por el rey usurpador. Además de ello, le impuso dos trabajos más, siendo doce en total, pues Hércules iba acompañado de Yolao. El séptimo trabajo consistía en capturar al Toro de Creta.
¿Qué te pareció este increíble mito? ¡Comenta y te leemos!